lunes, 14 de junio de 2010

MI PROPIA PLAYA, EN PÁGINA 12


UNIPERSONALES FEMENINOS
Por Carolina Prieto
Nada del amor me produce envidia, Desvelada y sola, Mi propia playa, Yoko Onda, Querida Marta, La novia. Todos estos títulos, que han tomado por asalto la cartelera porteña, encierran un común denominador: arriba del escenario sólo hay una mujer. Cada actriz dibuja un mapa del alma femenina,.




Viernes, 4 de junio de 2010

TEATRO
Retrato de un primer viaje



La benjamina del grupo es Agostina López, de 23 años. Estudió actuación con Nora Moseinco (la profesora preferida por los adolescentes), incursionó en Letras y cursa la carrera de Dramaturgia que dirige Mauricio Kartun en la Escuela Municipal de Arte Dramático. Mi propia playa (los viernes a las 23 en Elefante Club de Teatro, Soler 3964) es su primera obra como autora y directora: una interesante exploración del cambio que atraviesa una chica en su primer viaje con su novio. La actriz es la jovencísima Denise Groesman en un notable trabajo: su personaje respira tanta verdad que se vuelve absolutamente creíble. Es pura naturalidad y frescura, con aires a Inés Efrón, la protagonista de las películas XXY y El niño pez, de Lucía Puenzo. El eje de la pieza es “la transición del personaje durante las vacaciones, al sentirse poco conectada con su chico y empezar a relacionarse con personas nuevas”. “Me interesó el proceso de cambio, esa vulnerabilidad que se da cuando uno está en transición”, subraya la autora. Es un texto simple y de un humor leve que describe el mundo interior de la chica, estructurado en base al puñado de fotos que ella sacó en la playa. Recuerda cada toma y el relato va dibujando el progresivo distanciamiento del novio, una distancia que en realidad comenzó desde que llegaron al lugar y que crece cuando conoce a un chico de doce años y a su padre, que le despiertan interés. La puesta es sintética y atractiva: apenas un mueble de madera que se abre y se cierra, en el que reposan algunos objetos, entre ellos un televisor conectado a una cámara que se convierte en el otro personaje de este sutil unipersonal. Es que la protagonista se filma y se saca fotos mientras habla y la pantalla reproduce esas imágenes permanentemente. ¿El efecto? Una suerte de saturación: la actriz se desdobla, hay planos detalle muy interesantes, y la opción de enfocar en ella o en la pantalla. Algo de la omnipresencia del adolescente-centro del mundo aparece en escena. Pero el tándem Groesman-López logra que no canse ni aburra. Todo lo contrario.

miércoles, 7 de abril de 2010

INEVITABLES EN EL RADAR

TEATRO

Mi propia playa

Ella no está en la playa, pero revive sus vacaciones a través de las fotos del primer viaje con su novio. El relato, separado por estas fotos, cuenta de principio a fin cómo ella se va transformando durante ese viaje. Al final ya no es la misma, el texto atraviesa ese estado de vulnerabilidad que es la transformación.

inminente reestreno

MI PROPIA PLAYA A LAS 23 HS. 
EN EL MISMO LUGAR, ELEFANTE CLUB DE TEATRO, SOLER 3964.
mipropiaplaya@gmail.com

MI PROPIA PLAYA EN LA METRO!

Dalia Guttman, dijo en Radio La Metro (95.1), en el programa “abrí los ojos” :


Una habitación grande como este estudio y hay un gran mueble donde hay cositas, un pollito, galletitas y un televisor, entre otras cosas. El televisor anda, y lo que ella hace, y es lo interesante que tiene esta obra, es que ella cuenta a través de un monólogo unas vacaciones que tuvo con un novio que no se bancaba. Una chica de 20 años que se fue de vacaciones con su novio, cuenta lo que le va pasando a través de fotos pero no las muestra. Ella dice en la foto 1 dice:”yo estoy ahí en la puerta del hotel”, lo que está buenísimo, siempre no es tanto el tema, sino cómo se cuenta, esta actriz me pareció increíble, es ese estilo Inés Efrón, flaquita, desgarbada. Te da ternura, te da ganas de abrazarla. Son esas mujeres que están a flor de piel. Tiene un recurso que está buenísimo, esta chica usa todo el tiempo una camarita que es muy básica, se pone la camarita arriba del mueble, es lo único que hay como escenografía, ese mueble. La ves a ella y la ves en el televisor y se va sacando fotos. Es muy femenino esto de sacarse fotos haciendo boludeces, por ejemplo te maquillás y le sacás una foto al ojo para ver como quedó pintado. Esto de las fotos esta buenísimo. Otra cosa que hace es grabar videos, de repente retrocede y los volvés a ver, está muy bien coreografiado cómo se relaciona con la cámara y cómo se relaciona en el momento. Otro recurso que está bueno es cuando cuenta que se metió en el mar y se tira sifón por todo el cuerpo. Canta canciones en inglés, algo que todos hacemos en la intimidad. Y a mi lo que me gustó de la obra es que es muy difícil reflejar en una obra de teatro en vivo, la intimidad tan fresca. Es difícil llevar al escenario algo tan fresco y tan intimo y que no parezca una boludez. Qué bueno que haya gente que haga cosas distintas. Lo escribió y lo dirigió una chica que tiene 22 años, Agostina López. Y la actriz, Denise Groesman, que tiene 20 años. Es algo muy sencillo y con mucha profundidad. Es muy bueno que haya gente tan joven haciendo cosas tan novedosas. Te dan ganas de aplaudirla de pie a esta chica. La recomiendo.


lunes, 5 de abril de 2010

MI PROPIA PLAYA

reestrena este viernes a las 23 hs, en Elefante club de teatro, soler 3964
tel de reservas. 4432 4623, o
mipropiaplaya@gmail.com

sábado, 7 de noviembre de 2009

MI PROPIA PLAYA, en la metro

Hoy en el programa "abri los ojos" (Sábados de 10 a 13 hs), en radio la metro 95.1,

Dalia Guttman comentó y recomendó mi propia playa.

Para escucharlo:

página de la radio:
http://www.metro951.com/

página del programa
http://www.abrilosojos.com/

viernes, 23 de octubre de 2009

MI PROPIA PLAYA, en poiesis teatral de Christian Lange

IMPRESIONES: "Mi propia playa", de Agostina López

Composición tema "mis vacaciones".
Relatar las vacaciones. Un tiempo fuera del tiempo y en un espacio fuera de lo cotidiano. El registro de la experiencia. Las fotos, el diario íntimo, el relato. La memoria. Ella cuenta fotos. Fotos que no vemos. Evoca imágenes que reconstruye a medias. Evoca unas imágenes mientras nos propone otras. Evoca con palabras y recontruye con la cámara. ¿Qué hiciste este verano?
Cuando el dispositivo (técnico) lo es todo (o casi).
La idea que está en la base de este espectáculo y la manera escénica de concretar esa idea son ambas estupendas. Allí está la cámara conectada al televisor todo el tiempo. Denise Groesman (actriz/performer) establece una verdadera unidad, un todo orgánico con esa cámara. Graba, observa, saca fotos, muestra esas y otras anteirores, muestra pequeños videos previamente registrados, reproduce algo de lo grabado en escena... Hace uso de todas las posibilidades de la técnica, del instrumento y de la relación con el cuerpo propio como el otro instrumento.
Mucho para ver.
¿Dónde mirar? ¿A la tele o a ella? ¿Un poco a cada una? Las tomas, los encuadres, los puntos de vista aquí nos abren enormes posibilidades de todo lo que sentados desde la silla en la platea no podemos ver (al menos no así). El espectador encuentra su mirada multiplicada y potencializada por la cámara de la intérprete. Ella potencia su propia expresividad también. Puede mostrarnos mucho más aún que con su cuerpo en soledad. ¿A quién hablarle? ¿A la cámara? ¿A nosotros? Mirar a uno y hablarle a la otra. ¿O viceversa?
Un juego después del juego.
Es un juego. Media hora allí en la complicidad de compartir un álbum de fotos que es un diario íntimo y es también el relato en primera persona de cuerpo presente. Habitualmente un juego evoca felicidad, y sin embargo... Aquí está la soledad, aquí está la tristeza, la banalidad, las pequeñas cosas, las nadas (¿post?)adolescentes. Ella, su novio, el pequeño surfer, el padre, la habitación del hotel, la playa, el aburrimiento...
El mensaje.
¿De qué se habla? De lo poco y nada que se habla habitualmente cuando se cuentan las vacaciones. Lo que se impone es el juego en sí: composición tema "mis vacaciones", pero ya no en tiempos de lapicera y cuaderno, sino en tiempos de cybershot, web, fotoblog, y de la misma soledad de siempre, un poco más cibernética, un poco más posmoderna, un poco más aburrida, igualmente atractiva y triste.
Coherencia.
El ensamble del trabajo de Denise Groesman con el texto y las ideas de la puesta y su dispositivo (responabilidad -todo ello- de Agostina López) es total: uno (yo) sale con la idea que la única actriz posible es esta, la única manera de interpretarlo es esta, y que lo que la Agostina López propuso sobre su propio texto es la mejor manera de convertirlo en experiencia teatral.